VALENCIA se ha convertido en la ONCE, cada día un numerito.

VALENCIA se ha convertido en la ONCE, cada día un numerito.

¿Qué está pasando en los Museos y Centros Culturales de Valencia?

¿No hemos tenido suficiente con la debacle del Museu de Belles Arts? ¿No tenemos suficiente con el mangoneo en las plazas de los restauradores? ¿Alguna vez tendrá fin prevaricar en las instituciones?

¿Podemos, contar algún día con profesionales que generen espacios más atractivos para con nuestra sociedad?. Para ello se forman, y nuestra historia así lo reclama.

¿Tal vez les importe una “bleda” la Cultura y el Patrimonio, y en consecuencia nuestra educación?

 

Todas estas preguntas nos las hacemos todos los días, pero nos queda alguna más: ¿cómo es posible alcanzar una plaza de Director sin haber realizado los correspondientes estudios y no tener experiencia para ello? No obstante, la respuesta se encuentra en la D. G. de Patrimonio.

Lo mismo a Uds. en estos momentos sólo les preocupa salvar o intentar salvar la legislatura, y para ello cuentan con las Universidades creando Comisiones, y por ello les remito aquello de “ Si quieres que algo no funcione, crea una Comisión”, que se utiliza bastante en la Administración.

Podemos pensar, teniendo mucha imaginación, que lo que quieren es que todo este esperpento se integre en la especie de espacio marginal creado en el Centro Histórico, donde con tan sólo darse una vuelta se observa de inmediato la proliferación de grafitis. Pero lo tenían que haber dicho antes y tal vez colara esta excusa, algo a lo que nos tienen acostumbrados, no tanto con los vecinos que sufren diaria y constantemente el deterioro del barrio que Uds. no atienden a través de esta “insulgencia e indulgencia Grafitiana”. El todo vale, no vale, y ello indica la historia.

Otra pregunta que nos hacemos: ¿tal vez a partir de este notable reconocimiento artístico pintar sobre cualquiera de los Monumentos Históricos existentes en Valencia no se considerará delito? ¿no es suficiente ver la mugre que hay depositada sobre las esculturas de nuestros parques y jardines? No obstante, la solución no parece difícil; es bastante más sencillo de lo que piensan, si es que se alcanzan a pensar.

El Claustro “Herreriano” de Valladolid les podía haber marcado la pauta y lo hubieran solucionado sencillamente. Lo de las sucesivas pintadas o repintes sobre el Patrimonio está superado hace bastantes años y le aseguro que no es la solución. A ello se le llama “guarrear”. La solución es la “reversibilidad”, algo que desconocen desde el espacio cultural. Por ello no solucionan el problema.

No más preguntas, ya que tal vez todos Uds. estén pensando en estos momentos en aquella célebre paráfrasis popular: “para lo que me queda en el Convento, me cago dentro”.

 

Unió i Germania

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