Amar y proteger a todos los súbditos, no solamente a los clérigos, barones y caballeros, sino también a los menestrales, y al pueblo; hacer reinar la justicia y velar porque los grandes no opriman a los pequeños; no imponer tributos sino con el consentimiento de los pueblos, sin nunca dejarlos con cargas demasiado pesadas, y por fin recordar que Dios ama a los Reyes que aman al Pueblo”.
Estas serán las últimas disposiciones, recomendaciones de Jaime I al sentirse morir en Alzíra en julio de 1276 a su sucesor Pedro que iba a heredar en Reino de Valencia.
Tomemos nota todos los valencianos de los políticos que nos marean ahora.